El libro que estáis leyendo no solo guarda un misterio narrativo, sino que oculta un evidente enigma lingüístico. Una lectura atenta os descubrirá unas erratas palmarias que corren sueltas por el texto. Esto es algo que no podemos permitir, así que tenemos que afilar la herramienta de la observación y atrapar dichos errores. Saquémoslos de su escondrijo. Salgan a la luz los gazapos. ¿Estáis dispuestos?
¡Pues aquí va la pista! Entre las páginas 50 y 100 la autora ha empleado dos términos inadecuadamente. Se trata de un error producido por la relación de paranomasia que existe entre la voz que ha usado y la que debería haber utilizado.
El primero que descubra los dos errores tendrá una bonificación de medio punto para el próximo control de lectura.
¡Ánimo!
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